Incesante a mi vera se agita el Demonio;
Flota alrededor mío como un aire impalpable;
Lo aspiro y lo siento que quema mis pulmones
Y los llena de un deseo eterno y culpable.
El secreto de la destruccion como repartir
nuestro estado cada ves mas nos hace vulnerable,
A veces toma, sabiendo mi gran amor al Arte,
La forma de la más seductora del hombre,
Y, bajo especiosos pretextos de tedio,
Habitúa mis labios a filtros infames.
Me conduce así, lejos de la mirada de lo divino,
Jadeante y destrozado por la fatiga, en medio
De las llanuras del Hastío, profundas y desiertas,
Con un sentimiento de culpa ,no sabemos lo que hacemos.
Un gran avance ataca una sociedad en nuestro ser interior,
Donde solo esta la paz no la sabemos encontrar,
Asi nos daña,como dos personalidades distintas,
Y despliega ante mis ojos llenos de confusión
Vestimentas mancilladas, heridas abiertas,
¡Y el aparejo sangriento de la Destruccción!
No herir jamas!
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